En 1994, fichó por el filial azulgrana en el que Cela fue el segundo máximo anotador del equipo (empatado con otro jugador), tercera equipacion barcelona con 7 goles en 27 partidos pero nunca logró hacerse un hueco en el primer equipo azulgrana ya que solo disputó un encuentro de la Copa Cataluña. Esta, ante la cercanía del cierre del mercado de fichajes -en el que además se había prohibido el fichaje de jugadores extranjeros- se complicó aún más con la intervención de la Federación Española de Fútbol quien anunció que de manera excepcional -involucrando a otros clubes españoles afectados- permitiría su inclusión tras un decreto de la Delegación Nacional de Deportes que aceptaba a jugadores extranjeros siempre y cuando las negociaciones hubiesen sido iniciadas antes de agosto de 1953. Resuelta la decisión de la FIFA, que dictaminó que el jugador jugase alternándose un año en cada club, dando con la negativa barcelonista y su renuncia a los derechos que vendió a los madrileños.
